domingo, 20 de junio de 2010

Si es que no puede ser

Me levanté pronto con la intención de ponerme a caminar mi pequeño circuito que me he montado alrededor del pueblo donde vivo, porque como deje correr el día, luego no hay huevos de hacerlo con el calor que cae de plano.

Iba tan a gusto con el ritmo que, de nuevo, se me pasó por la cabeza el volver a intentar correr. Por supuesto con el exceso de peso que tengo es cuanto menos una práctica de riesgo para mis pobres articulaciones que sin duda se resentirían antes que mi fondo. Al principio me puse a trotar, con ese paso que imita a un percherón con reuma, y al cabo de un par de minutos volví a caminar mientras evaluaba los daños. Aguanté apenas otro par de minutos andando cuando me puse otra vez a trotar, pero esta vez ya las zancadas eran largas y, como no, los impactos en las rodillas considerables, como si le diese con un mazo a cada paso. Todavia tendría un tercer intento, porque uno es así de bruto que acaba perdiéndose.


Después de la ducha parece que las rodillas las conservo, pero tengo una molestia de lo más curiosa en la cadera izquierda y es que no puede ser, mientras no baje de los 100 kilos, por correr me deberían de quitar puntos.

No hay comentarios: