Viernes, 25 minutos, 54 segundos. Primer sector en 8, 58 con un talón derecho renqueando. Segundo sector en 7, 14 con cambios de ritmo. Tercer sector más lento en 9, 41 sin terminar de quitarse la dichosa molestia.
Domingo, 40 minutos, 14 segundos. Tenía el talón que no se había recuperado del todo y decidí coger la bicicleta sin mayor intención que no dejar pasar el día. Por supuesto no me exige tanto cardiopulmonarmente pero sin embargo las piernas se sintieron saturadas de ácido láctico varias veces, en las cuestas y en los sprint, que alguno que otro me dediqué. Además iba en ayunas.
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